INTRODUCCIÓN
La policía constituye uno de los cuerpos de seguridad del Estado con mayor contacto con la comunidad. La relación entre el policía y el ciudadano está determinada por una serie de factores entre los que se cuentan la manera como el policía se percibe a sí mismo frente a la comunidad, el papel que cumple como agente de control social, el apoyo que recibe de los diversos sectores de la sociedad y las expectativas que la comunidad tiene sobre al trabajo policial.
A los policías la comunidad no es un todo generalizable, sino que las expectativas y el apoyo de los ciudadanos van a depender del estrato social al cual estos pertenezcan. Los funcionarios policiales sienten que los ciudadanos de clases media y alta tienden a apoyar menos al policía en tanto esperan y necesitan menos de él. Por otra parte, los medios de comunicación y las redes sociales, como portavoces de la comunidad, no cooperan en el desarrollo de la función policial diaria, sino que deterioran la imagen del policía, resaltando sus fallas y errores y no sus aciertos y virtudes.
El policía se percibe a sí mismo como parte de una clase social baja, lo cual lo convierte, según él, en una víctima de un sistema clasista, donde el pobre está desprotegido y es débil frente al resto de la sociedad. Palabras clave: Policía, comunidad, desempeño policial.
LA PERCEPCION PUBLICA Y LA ACTUACION POLICIAL
Las funciones de la policía moderna, en la mayor parte del mundo, están dadas por la prevención y represión del delito. Entre las principales labores de la policía se cuentan la individualización de conductas que califican como infracción o delito, según la legislación vigente; detectar a los autores de éstas y reprimir y/o prevenir tales infracciones. La ejecución y desempeño de estas tareas están respaldados por un poder coactivo basado en la posibilidad de usar la fuerza, con lo cual se persigue asegurar el cumplimiento de las normas por parte de los ciudadanos más allá de su voluntad individual.
Parte fundamental del desarrollo de la función policial descrita antes es la relación del policía con la comunidad, traducida en un apoyo recíproco entre ambos sectores. Las relaciones entre los cuerpos policiales y la ciudadanía están calificadas no sólo por el ámbito de legalidad definido por las normas, sino por el contexto social específico en el cual se desempeñan las funciones de la policía.
En buena parte de la criminología contemporánea, los estudios sobre la policía están orientados por la tendencia a conocer los aspectos más relevantes de esta relación policía – ciudadano; Ambos lados de la relación se influencia uno al otro, generando cambios en las expectativas, en los roles y, por ende, en el resultado final del trabajo policial y de las formas de participación ciudadana. Si bien es cierto que muchos de los principios que orientan el trabajo del policía están determinados por normas formales previstas en instrumentos legales de distintas índoles, también es cierto que aquellos que no están definidos en reglamentos formales se desarrollan a través de una serie de normas informales que son forjadas en la rutina diaria del policía y que dan cuerpo a una subcultura policial.
Estas normas tienen por objeto cumplir con tareas que el funcionario asume obligatorias toda vez que la ciudadanía espera del policía el desempeño de las mismas. De esta forma, las expectativas de la comunidad se vienen a convertir en una importante fuente del poder discrecional que tiene el agente policial, por lo que éste tiende a justificar sus actuaciones en la autoridad que le confiere la comunidad para hacer su trabajo. Lo verdaderamente relevante del estudio de estas normas es que el mismo revelaría en cierta medida, no solamente qué hace la policía, sino, a la luz de la razón de sus agentes, por qué lo hacen.
ESTADISTICAS DE LA CRIMINALIDAD, CIFRAS OCULTAS
PERCEPCION DE INSEGURIDAD
Un resultado favorable de la intervención policial, traduce, de alguna manera, la expectativa que tiene el ciudadano sobre lo que el policía hará o de cómo actuará en tal o cual situación y que dicha actuación represente una solución satisfactoria al problema, acorde con sus expectativas. Visto así, existen factores que caracterizan distintas situaciones y distintos actores, que hacen variar las expectativas que la comunidad tiene sobre el policía, entre ellas podemos mencionar las estadísticas de resultados o los índices de criminalidad.
La comunidad frente a la policía no podría ser considerada, entonces, como un ente total, absoluto y único, sino como un conjunto de grupos diferenciados por diversas propiedades que determinan la relación entre ambos. La percepción que el agente policial tiene de la comunidad tampoco es general, sino que también podría estar diferenciada por factores, ya sean semejantes a los encontrados por los autores citados, u otros de distinta naturaleza. El nivel de acuerdo que exista entre el desempeño policial y las expectativas de la comunidad actúa como un indicador de cuán satisfechos pueden estar los agentes policiales de su trabajo, de la orientación de su profesión y del rol que desempeñan dentro de la sociedad, al percibir que el mismo está en sintonía con las expectativas de la comunidad y varía según la capacidad de respuesta que tenga el policía frente a una situación determinada y esta capacidad de respuesta no es otra cosa que la satisfacción que pueda traer la actuación del policía a las expectativas del grupo social o de los actores específicos de tal situación.
EL APOYO DE LA COMUNIDAD
Se refiere a la percepción que tiene el policía sobre lo que piensan de él los diferentes grupos de ciudadanos que conforman el entorno social en el cual se desempeña.
En términos generales, existe una percepción negativa acerca del apoyo comunitario; es decir, los agentes piensan que reciben poco apoyo en sus labores de parte de los miembros de la comunidad. Esto produce un cierto malestar en el desarrollo de la rutina diaria policial, la cual estaría orientada, en principio, a la protección ciudadana, preventiva y represiva, al sentir el policía que es objeto de rechazo por parte de quien representa el objeto esencial de su trabajo: el ciudadano, lo que podría conducir al agente a cumplir con requerimientos mínimos de trabajo, por ejemplo, hacerse presente sólo para justificar su salario.
APOYO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN Y LAS REDES SOCIALES
Una situación más radical que con la comunidad en general ocurre con los medios de comunicación social y las redes sociales. Frente a la prensa escrita, digital y la televisión, los policías no tienen duda alguna de ser rechazados, desaprobados, censurados en la mayoría de los casos. El balance de opiniones muestra que de la imagen policial en los medios de comunicación y redes sociales. La siguiente opinión ilustra la percepción de la mayoría de los funcionarios que manifiestan en muchos de los casos: “Hay falta de información real en la prensa y demás medios de comunicación que hacen que el público vaya en contra del policía o se le haga la idea de que el policía es “el malo en la película”. Para que la gente aprenda a respetar al policía tienen que enseñárselos desde pequeños, que se les explique para qué sirve la policía y por qué hay que respetarlos siempre.” Bajo esta idea se concibe que los medios de comunicación no cumplen con su papel de informar las “cosas como son” sino como un producto amarillista que sirve para la venta. La imagen que manejan los medios convive interactivamente con la de la comunidad. Los medios y redes sociales en la mayoría de los casos reproducen la idea negativa que algunos sectores de la comunidad, especialmente la clase media, según y cómo se expuso en el aparte anterior, tienen de los cuerpos policiales. A su vez, con su labor informativa, los medios afianzan y divulgan aún más esta imagen. Los medios, a decir de los entrevistados, no sólo deterioran la imagen policial resaltando los atropellos que cometen los agentes y sirviendo de portavoces para los reclamos de la comunidad, sino que restan importancia a los actos que, según los funcionarios, reivindican al policía.
CONCLUSIONES
Vistas las definiciones expuestas y los referentes, caben hacer algunos comentarios que permitan aproximarse a algún tipo de generalización que amplíe los conocimientos en torno al tema, cual no es otro que describir las relaciones que existen entre la institución policial en Venezuela y diferentes sectores de la sociedad, así como los criterios de Percepción del policía de su rol en la comunidad que determinan las normas de actuación del policía frente a tales sectores. Las relaciones entre la policía y la comunidad lucen coherentes con ciertos aspectos de los discutidos en los antecedentes literarios de este trabajo. Al sostener que los ciudadanos brindan poco apoyo a la labor policial, los agentes probablemente persiguen ilustrar una especie de victimización frente al sector de la sociedad que demanda su servicio. Los ciudadanos no sólo son el frente de trabajo policial, sino que representan también los posibles acusadores de sus faltas, en caso de incumplimiento del deber. En este sentido, los policías podrían argumentar a su favor que, si bien el servicio prestado no es el mejor que la ciudadanía espera, tampoco la ciudadanía hace nada para mejorarlo que no sea denunciar los atropellos de los cuerpos policiales. La denuncia luce para el funcionario como un obstáculo para el crecimiento y el desarrollo institucional, toda vez que deteriora la imagen que el cuerpo presenta públicamente y esto, naturalmente, perjudica el trabajo diario. Para el policía, los medios de comunicación se encargan de hacer su trabajo según su conveniencia; componen la información según el interés de la mayoría de la audiencia de tales medios, con el fin de asegurar su éxito. Por ello, tanto televisión como radio, prensa escrita y las redes sociales, se encargan de difundir lo que los sectores populares expresan, devolviéndoles la satisfacción de ser escuchados y representados públicamente. Esta función convierte la información en un mero producto comercial sin importar realmente cuan profundo pueda ser el impacto de dicha información en la percepción general de la institución policial. hay un factor que no puede quedar de lado y es la familiaridad que tiene el policía dentro del barrio dada su condición de residente del mismo. La mayoría de los funcionarios viven en áreas y zonas populares o marginales. Esto genera dos opciones en la relación del policía con sus vecinos, dependiendo de la actitud de éstos hacia el agente: si es de rechazo, los funcionarios se convertirán en enemigos declarados de la comunidad, si es de ayuda y necesidad, será la persona más respetada y apoyada del lugar, la mayoría de los policías afirman que la comunidad no colabora con ellos en muchos de los casos. La pertenencia de los agentes a las clases bajas podría estar determinando actitudes de resentimiento y por ende de rechazo desde sí mismos hacia las clases media y alta. En un esquema macro social, la descomposición económica de una sociedad de clases fuertemente diferenciadas, arrastra una serie de frustraciones que generan contradicciones entre una clase social y otra. Por otra parte, las clases media y alta, a pesar de ser las clases con mayor necesidad de protección a sus derechos, especialmente el derecho de propiedad, dada la cuantía de los bienes tutelados por tales derechos, cuentan con recursos suficientes para asegurar su protección a través de mecanismos alternos de carácter privado (empresas de vigilancia privada por ejemplo) las cuales normalmente ofrecen servicios acordes con las necesidades de protección de los residentes de estas zonas, quienes, por lo demás, gozan de un amplio margen de libertad económica para sufragar el costo de tales servicios.
Bibliografía
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Gabaldón, 1996; Riedmann, 1996.
Flanagan and Vaughn, 1996.
Reynaldo Hidalgo López y Yoana Monsalve Briceño, 2003
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